El testimonio que cuenta cómo un joven de 18 años se enrola en el MLN transformando su vida en una épica que él mismo se encargará luego de desmitificar.
Germán Cabrera integró la columna 25 y luego la 15, cobijó un berretín en pleno Carrasco, fue custodio en la Cárcel del Pueblo y terminó tras los barrotes del penal de Punta Carretas. Allí trilló una y mil veces el corredor 23 junto a los dirigentes históricos José Mujica, Eleuterio Fernández Huidobro, Julio Marenales, Jorge Zabalza y Héctor Amodio Pérez. Sirvió a la famosa fuga, de la que finalmente no le dejaron formar parte. Logró huir a Venezuela y se encontró con otra selva: la de las laberínticas relaciones humanas, la naturaleza que penetra y la cara más oscura del chavismo.
Este libro es una mirada diferente, íntima y realista a los convulsivos años 60, relativizados en la perspectiva de un joven de espíritu que ha crecido a la fuerza. El testimonio de Cabrera es un puente entre el gris del ideologizado Uruguay que dejó siendo un joven revolucionario y la exuberancia de la Venezuela que lo recibió para darle vuelta la cabeza.
«Jamás aprendí a jugar al truco, ni siquiera en la cárcel, lo que para un uruguayo es un pecado. Pero la mayor de mis faltas es que no me interesa el fútbol».
