Victoria Henao, viuda del conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, llegó a San José en el marco de la 14a Feria Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro, para presentar su publicación «Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar». El Espacio Cultural San José estuvo repleto de público.
En conferencia de prensa, la colombiana se mostró muy dispuesta a responder diversas preguntas acerca de su experiencia de vida como esposa de Pablo Escobar, a 25 años de su muerte.
«Hace muy poco que el libro salió, y estos son mis primeros pasos de hablar con las personas. El coraje para hacerlo sale de toda la fantasía que hay alrededor de mi historia», contó Henao.
«Me sentí en una responsabilidad con mis hijos, con mi nieto, con mi familia y con Colombia también como país, en poner la cara, en poder hablar y decir aquí estoy yo, y esto fue lo que me pasó», añadió.
«Quería recuperar mi voz y mi alegría como mujer, porque me di cuenta que vivía escondida, no me estaba sirviendo para nada, me estaba costando muchísimo e iba terminar enfermándome», expresó.
Experiencia
Acerca de sus primeros años con Escobar, contó que «vivimos los cuatro o cinco años de nuestras vidas muy bien, con tranquilidad, con muchas dificultades económicas. Cuando nos casamos no teníamos donde vivir y empezamos de cero como dos chicos del barrio, locos y enamorados. (…) Antes del personaje tuvimos muchas vivencias con él como ser humano».
«En los últimos nueve años vivimos con mis hijos encerrados y ocultados por él, en lugares que nosotros tampoco sabíamos dónde estábamos, porque nos llevaban en un auto con los ojos vendados. Nosotros simplemente entrábamos al lugar, todo estaba cerrado y teníamos prohibido abrir una ventana por miedo de que alguien supiera que estábamos ahí», señaló.
«Soy una sobreviviente de una guerra. La vida va sucediendo y cuando se trata de sobrevivir no tenés mucho tiempo de reflexionar. Me dediqué a salvar a mis hijos y salvar mi vida. Hace tres años empecé a escribir este libro, a reflexionar y hacer un trabajo de campo. Al sumar todos los años de encierro, me di cuenta que había vivido en una cárcel», remarcó.